Amor, toma mi mano, acompáñame a caminar;
ésta vida es tan bella, pronto lo podrás notar.
Amor, quiero contigo entrar a ignota realidad
donde sienta lo suave y lo cálido de tu paz.
No habrá promesas vanas, yo estaré siempre a tu lado,
iremos por la vida, sin un plan adelantado.
Quiero descubrir algo nuevo cada día, y gozarlo
y admirarlo y vivirlo así, cogidos de la mano.
Caminemos tal como vuelan el cielo las aves,
o tal como en la tierra moran las fieras salvajes,
viviendo sin fronteras y sin nada que los ate
a las cosas que el mundo inventa para limitarse.
Toda la inmensa Tierra, ¡toda!, será nuestro hogar,
recorrámosla como los ríos hasta la mar,
como los mansos vientos: jugueteando en el andar,
o como los errantes: poblando todo lugar.
¡Ven!, caminemos como dos niños a la aventura;
veamos con inocencia y asombro al Sol y a la Luna;
hagamos de esta vida un juego diario, y sin premuras
vivamos el presente sin las viejas ataduras.
Amor, no tengas miedo a caminar nuevos senderos
osemos con hollarlas como lo hacen los viajeros;
nos guiaran los astros que atalayan desde el cielo
con ellos dejaremos atrás todos nuestros miedos.
¡Ven!, sé que también quieres emprender conmigo el vuelo
y ver como es la nueva realidad: quitado el velo.
Toma mi mano, iremos unidos hasta el encuentro
de esa vida invisible e ignorada por los tiempos.
Fetejua